Rosario Amaru

23 abril 2023

Me llamo Rosario Amaru y nací en un pequeño pueblo en las montañas de Bolivia.

Siempre tuve una conexión especial con la madre Tierra. Ella me guiaba y me enseñaba los secretos de las plantas, las estrellas, los ciclos de la Naturaleza.

Muy joven me casé con Carlos, de familia influyente. Él me dio lo que más amo, a mi hijo Manuel, pero también me arrebató parte de mi vida.

Un día, mientras Manuel me ayudaba a recolectar plantas para una ceremonia especial, ocurrió un trágico accidente. Caminaba distraído y las raíces de un árbol se enredaron con sus pies, haciéndolo caer varios metros y dejándolo paralizado.

La tragedia me llegó como un puñal al corazón. Al principio me invadió la ira y me enfadé con la madre Tierra, negándome a escucharla nunca más. Sin embargo, pronto comprendí su mensaje, que los infortunios forman parte de la vida, y encontré una nueva fuerza en mi interior. 

Me volqué en cuidar a mi hijo. Esa atención fue haciendo mella en mi relación con Carlos. Preso de los celos, también me culpaba del accidente. Los reproches dieron paso a los insultos y de ahí a las manos. Ya no podía soportarlo. Pero mi coraje fue el detonante de una paliza, un certero golpe me desgarró el tímpano. Quedé sorda y la madre tierra ya no pudo volver a comunicarse conmigo.     

Nadie me apoyó, la comunidad temerosa de la influencia de la familia de mi esposo me dio de lado. Repudiada y sola, decidí que era el momento de un nuevo comienzo. Así, con el corazón roto pero firme, tomé la decisión de migrar a España en busca de un futuro mejor para mí y para mi hijo. 

Añoro cada noche mi pueblo, me siento pequeña ante los edificios imponentes y esa muchedumbre sin rostro que se mueve a un ritmo vertiginoso. Sin embargo, entre el ruido del tráfico y el bullicio nocturno, todavía me parece escuchar el ulular del viento o el piar de los pájaros que me susurran al oído que existe una comunidad dispuesta a aceptar mi luz y a brindarme una nueva oportunidad para sanar.